sábado, 14 de agosto de 2010

PAPER 5

Clase de Taller de Tesis – UTDT – Análisis paper 5 - 04/08/2010


Título: “Plan director de movilidad ciclista de Madrid”


Autor: Javier Maestro, José Luis Sanz, Marisol Santos, Gerardo de Santiago. Grupo motor: Miguel Ángel Rodríguez (Movilidad), Silvia Villacañas (Oficina del Plan General).

-¿Cuál es la pregunta que se plantea el trabajo?


El trabajo se plantea cómo establecer una política municipal de la bicicleta en la ciudad de Madrid, sabiendo que la misma se ha incorporado de un modo consistente a las políticas urbanas en la mayoría de las capitales europeas. Ciudades como París, Berlín, Londres y Barcelona, entre otras, han apostado por la bicicleta a través de planes o documentos estratégicos que con diferentes denominaciones establecen una política municipal favorable a este medio de transporte. La bicicleta es un elemento transversal de la política municipal; tiene que ver con la movilidad y sus infraestructuras, pero también con el medio ambiente, la salud, la educación, el deporte, el turismo o las actividades económicas. Por ello, los autores creen que una política de la bicicleta es necesariamente una política integral y coordinada que involucra en mayor o menor medida a todos los departamentos municipales.

-¿Qué modelo conceptual propone? ¿Qué predicciones se derivan de la teoría?

El trabajo realiza una descripción de los objetivos del Plan Director de Movilidad Ciclista de Madrid, basado en seis puntos básicos:

1. Establecer una política municipal de la bicicleta.

2. Dar a la bicicleta un papel significativo en la movilidad cotidiana.

3. Normalizar el uso de la bicicleta y la imagen de los ciclistas.

4. Contribuir a la mejora de la calidad ambiental.

5. Favorecer hábitos saludables de la población.

6. Propiciar la recuperación del espacio público.

El reconocimiento de la bicicleta como medio de transporte, además de sus funciones recreativas y deportivas, se debe traducir, según lo plantea el siguiente trabajo, en la creación de condiciones cómodas y seguras para su utilización cotidiana en los desplazamientos que encajan dentro de su radio de acción razonable. Ese nuevo papel de la bicicleta en la movilidad se inscribe en una nueva cultura de la movilidad en la que la jerarquía de los diferentes modos de transporte tiene los siguientes principios:

• Protagonismo del peatón

• Emergencia de la bicicleta

• Apoyo al transporte colectivo y mejora de su eficacia

• Racionalización del uso del automóvil (reducción del número de desplazamientos y de las velocidades que superen ciertos umbrales urbanos)

-¿Qué metodología y datos se utilizan para poner a prueba la hipótesis del trabajo?


Se realiza un análisis teórico-descriptivo que plantea los beneficios del uso de este sistema de transporte, planteando así que el modelo de movilidad vigente en nuestras ciudades, con una masiva utilización de vehículos motorizados, es fuente de numerosos problemas para la salud de los ciudadanos. A los accidentes del tráfico se añaden los problemas de salud derivados de la calidad del aire, el ruido o la falta de ejercicio. El crecimiento de la obesidad y de otras enfermedades vinculadas a la sedentarización, especialmente en el grupo de la población infantil, está replanteando los modelos de movilidad dependientes del automóvil en todo el mundo. En ese cambio de perspectiva, se refuerza el papel de la bicicleta como alternativa saludable para los desplazamientos cotidianos; una alternativa que contribuya a romper el círculo vicioso del peligro del tráfico y del incremento de la motorización: más desplazamientos en vehículos motorizados generan mayor peligrosidad y contribuyen a que se realicen menos desplazamientos a pie y en bici.

-¿Cuáles son los resultados que se encuentran y en qué medida responden la pregunta planteada?


La conclusión a la que se llega es que la presencia excesiva de vehículos circulando o aparcados ha degradado el espacio público y su utilización para otros usos que no sean los vinculados a la movilidad. De ese modo, la convivencia y la comunicación entre los ciudadanos ha sufrido un proceso regresivo que hoy es imprescindible reparar. La bicicleta puede favorecer la recuperación del espacio público como espacio de convivencia menos supeditado a la movilidad y al automóvil. No se trata de introducir sin más un nuevo elemento en el paisaje urbano, sino de cambiar el propio paisaje urbano hacia patrones más convivenciales que generen vitalidad urbana en cada fragmento de la ciudad.

domingo, 8 de agosto de 2010

Paper 4

Clase de Taller de Tesis – UTDT – Análisis paper 4 - 21/07/2010

Título: “Políticas de movilidad urbana e infraestructura urbana de transporte. Las experiencias de América Latina”.

Auto: Jorge A. Lupano – Ricardo J. Sanchez.

-¿Cuál es la pregunta que se plantea el trabajo?

La pregunta planteada por el trabajo es cómo resolver la problemática del tránsito, que se ha vuelto inmanejable en las grandes ciudades latinoamericanas. En el caso particular de Buenos Aires, se verifica que en los últimos cincuenta años la población de la Región Metropolitana se duplicó, aumentando de este modo la cantidad de desplazamientos hacia la C.A.B.A. El automóvil fue el gran receptor de la nueva demanda, reproduciendo un fenómeno mundial y dándose al mismo tiempo una llamativa degradación del transporte público, donde el Estado se conformó con mantener en un nivel operativo mínimo los modos guiados, perdiendo así el transporte público un 25% de su demanda original.

-¿Qué modelo conceptual propone? ¿Qué predicciones se derivan de la teoría?

La investigación basa su argumento en cinco puntos fundamentales, a los que fueron sometidas las ciudades de la región latinoamericana en las décadas recientes:
- Una urbanización desordenada, incluyendo la radicación precaria de grupos poblacionales de bajos ingresos en áreas geográficas alejadas y/o con limitaciones de movilidad y acceso a los transportes públicos.
- Un aumento explosivo del parque de automóviles privados, con creciente congestión de las redes viales.
- Sistemas de transporte colectivo de baja calidad, limitando su competitividad y sus posibilidades de constituir una alternativa aceptable.
- Falta de coordinación de las políticas de movilidad, con responsabilidades diferenciadas por modos de transporte y asignadas con límites difusos a distintos niveles jurisdiccionales (nacional, regional, local).
- Aislamiento relativo de las políticas de transporte con respecto al planeamiento urbano general.
Es así como, ante la urgencia planteada por el estrangulamiento del espacio vial, los enfoques iniciales obedecieron a un paradigma tradicional: ante la mayor demanda generada por la motorización individual, la respuesta fue expandir la oferta de infraestructura vial, con la construcción de extensas redes de autopistas urbanas, tanto de acceso y circulación transversal como anillos de circunvalación. Pero estos programas no supusieron una solución perdurable para las dificultades de movilidad urbana, ya que la mayor disponibilidad de espacio vial promovió más viajes e ingresos de automóviles particulares a la ciudad. Es así como, en lugar de disminuir, la congestión aumentó.

-¿Qué metodología y datos se utilizan para poner a prueba la hipótesis del trabajo?
Se trata de un análisis teórico y descriptivo, que plantea un replanteo de prioridades, debidas a la insuficiencia de los impactos obtenidos a través de la infraestructura vial, que conduce a una nueva valorización del impacto y relevancia de las redes de transporte público. Según el autor, dado el contexto regional, la factibilidad de transformarlas en una alternativa válida frente a la movilidad individual depende de dos variables principales:
- La necesidad de un salto de calidad en los servicios públicos, con mejoras rápidas y perceptibles en la cobertura territorial y horaria y en la comodidad de los traslados.
- Una consecuencia inmediata de dicha exigencia de calidad consiste en la necesidad de integración modal de las redes (mayor conexión física e institucional entre todas las alternativas modales disponibles, tendiendo a la conformación de sistemas integrados de transporte masivo).

-¿Cuáles son los resultados que se encuentran y en qué medida responden la pregunta planteada?

Se llega a la conclusión que, ante la urgencia de la congestión vial y la alternativa de atenuarla con una oferta inmediata de infraestructura adicional, la Región se orienta hacia sistemas innovadores de modernización y ampliación de las redes de autobuses, para los que contaba con experiencias pioneras en materias de líneas troncales BRT.
Ello implica avances en las metas esenciales de racionalización del espacio vial, y acceso social a la movilidad urbana, además de importantes beneficios adicionales: ahorros en recursos de capital, eficiencia operativa y mayor seguridad.
Hay que recalcar, sin embargo, que las mejoras obtenidas no obedecen a las ventajas relativas de una tecnología particular de transporte público, sino a un abordaje conjunto e intermodal de los desplazamientos en las ciudades, incluyendo la marcha peatonal y medios no motorizados –como puede ser la bicicleta- con un objetivo de mediano plazo de integración física, económica e institucional.

Paper 3

Clase de Taller de Tesis – UTDT – Análisis paper 3 - 07/07/2010
Título: “Transporte: vías para un desarrollo equitativo y sustentable”.

Auto: Roberto D. Agosta

-¿Cuál es la pregunta que se plantea el trabajo?

El trabajo se plantea la pregunta de cómo conciliar las dos visiones que conviven en cuanto al rol del transporte en el desarrollo económico; si concebirlo como una condición necesaria para el desarrollo de una actividad económica que no existe (el transporte “tira” en cuanto a que viene “por delante” de la actividad), o si entender el rol del transporte y las inversiones que necesita, exclusivamente en función de las reducciones de costos en la cadena logística de la economía, aportando a la mejora de la competitividad de la actividad económica (el transporte “empuja” el desarrollo).

-¿Qué modelo conceptual propone? ¿Qué predicciones se derivan de la teoría?

Las funciones de los sistemas de transporte y sus inversiones asociadas son aspectos de la problemática del desarrollo económico sobre los que se plantean discusiones profundas y en las que parece asistirse a un conflicto entre visiones diferentes del mundo.
En verdad, ambas perspectivas no son irreconciliables, aunque no puede negarse que la adhesión a uno u otro enfoque está condicionada por nuestro conocimiento respecto de las condiciones objetivas requeridas para el desarrollo de una nueva actividad económica.
Probablemente ello se deba a la falta de una correcta explicitación de los supuestos subyacentes, en este caso referentes a los dos momentos del proceso de generación de valor económico en los cuales el transporte posee vital importancia.
Esta importancia queda de manifiesto si observamos que el sector transporte participa en más de un 5% en la formación del producto bruto interno y en un porcentaje similar en el empleo, y que constituye un 40% de la inversión en infraestructura del país.
El trabajo propone analizar las funciones del sistema prestando atención a la dinámica del desarrollo de la infraestructura de transporte argentina, donde pueden observarse ambos enfoques, desde la épica construcción de los ferrocarriles hasta la muchas veces postergada extensión de las líneas de subterráneos en Buenos Aires. Por eso que, con el telón de fondo de estas dos perspectivas, igualmente valiosas si se las sabe combinar de manera adecuada, describiremos brevemente la problemática del sistema de transporte interurbano argentino y el del Área Metropolitana de Buenos Aires para luego desarrollar una agenda tentativa para el sector.

-¿Qué metodología y datos se utilizan para poner a prueba la hipótesis del trabajo?

El trabajo parte de una descripción exhaustiva de la evolución del sistema de transporte argentino desde mediados del siglo 19 hasta la actualidad. Mediante la misma, queda de manifiesto una continua expansión del sistema de transporte en su conjunto, y algunas particularidades en los subsistemas, que no evolucionaron todos en el mismo sentido.
Así la red ferroviaria tuvo una continua expansión hasta alcanzar su pico en la década del ´50, momento en el cual empieza una curva descendente tanto en cuanto a la extensión de la red, como a los volúmenes de carga y pasajeros transportados.
Mismo análisis en cuanto a la red vial que evolucionó inicialmente a la vera de los corredores ferroviarios, para luego extenderse por todo el país, y a partir de la década del ´90 sosteniendo su crecimiento a partir de la incorporación del sistema de peaje.
La red de transporte fluvial y marítima evolucionó también con la misma lógica que la vial, sosteniéndose hasta la década del ´80 a partir de la inversión estatal, para a partir de allí pasar a depender fuertemente de la inversión privada. Igual criterio para la red de navegación aérea.
A partir de este análisis de las condiciones del sistema de transporte nacional, el trabajo hace foco en el sistema de transporte del área metropolitana
Buenos Aires cuenta con un sistema de transporte desarticulado, conformado por una red de siete subsistemas de ferrocarriles con 840 kilómetros de longitud, una red de subterráneos de poco más de 50 kilómetros de extensión en seis líneas y un subsistema de transporte público automotor configurado por colectivos correspondientes a las jurisdicciones nacional, provincial y municipal en más de trescientas rutas con una extensión de 25 mil kilómetros y una flota de 15 mil unidades, operado por 182 empresas privadas. El sistema de transporte público colectivo se encuentra complementado por unos 40 mil taxis, seis mil remises y 600 minibuses.
Se estima que el 60% de los 22 millones de viajes diarios se realiza por transporte público, lo que configura una proporción significativa en comparación con otras ciudades, aunque la misma ha venido reduciéndose constantemente en las últimas décadas, correlativamente con la duplicación del parque automotor experimentada entre 1970 y 2000.
Tanto el ferrocarril como el subterráneo sufrieron una notable expansión de su tráfico luego de su concesionamiento a principios de los noventa, duplicando en pocos años la cantidad de pasajeros transportados. Buena parte de ese crecimiento se realizó a expensas de la demanda dirigida al sistema de buses.
La crisis de 2001 brindó la excusa para la introducción de subsidios al sistema automotor y la restitución de los mismos a varios ferrocarriles que habían dejado de recibirlos, justificados en todos los casos sobre la base de la inviabilidad de producir en aquel momento nuevos incrementos en las tarifas, difíciles de soportar por una población muy empobrecida. Estos subsidios, financiados básicamente a partir del fondo del gasoil, poseen una estructura altamente distorsiva y regresiva.

-¿Cuáles son los resultados que se encuentran y en qué medida responden la pregunta planteada?

La infraestructura de transporte debe integrar el territorio, brindarle accesibilidad y estructurarlo de la manera más equilibrada posible sobre la base de la existencia de condiciones básicas necesarias para el crecimiento económico. El planeamiento del sistema de transporte debe basarse en los principios de unidad y jerarquización de las redes, segmentación de las demandas de transporte y sustentabilidad de los sistemas.
La sustentabilidad posee cuatro facetas fundamentales: la económica (el valor económico generado por el sistema frente al valor económico consumido por el mismo), la financiera (posibilidad de apropiar parte del valor generado a la cobertura de sus costos de capital y de operación), la ambiental (tanto en relación con las generaciones actuales como con las futuras) y la social (la distribución socialmente aceptable del ingreso que genera).
A efectos de focalizar la agenda, Concentramos la mirada sobre el área metropolitana, y vemos que el sistema de transporte de Buenos Aires debe estructurarse siguiendo los roles que les son propios a cada modo de transporte, caracterizados de la siguiente manera:

• Ferrocarril suburbano, como sistema troncal orientado a los flujos masivos.

• Subterráneo, proveyendo fundamentalmente al descongestionamiento del micro y macrocentro, ampliando la malla de red sobre los mismos, sirviendo áreas de gran concentración poblacional localizadas a distancias moderadas del Área Central e incrementando su conectividad con el ferrocarril.

• Transporte automotor público, con funciones complementarias de los dos anteriores en corredores radiales, funciones principales en los corredores transversales y claro protagonismo como alimentador del sistema troncal.

• Automóvil particular, conceptualmente para flujos fuera de las horas pico y fuera de los corredores principales.

En el caso del transporte ferroviario debe solucionarse la interferencia vial-ferroviaria por medio de obras viales localizadas o de viaductos y trincheras ferroviarias en los casos en que lo anterior no resulte físicamente posible. Los terrenos ferroviarios deben preservarse para la potenciación del sistema de transporte masivo mediante el agregado de vías, la ampliación de estaciones, el desarrollo de centros de transbordo, etcétera.
Para el transporte automotor público de pasajeros, este esquema requiere del desarrollo de un programa de reestructuración de la red sobre la base de corredores troncales y servicios alimentadores que permita eliminar la sobreoferta y recupere la rentabilidad empresaria.
Debe estudiarse la problemática del subsidio al transporte urbano y los subsidios actuales deben reemplazarse progresivamente por subsidios específicos a la demanda focalizados en la población realmente necesitada, complementados eventualmente con esquemas del tipo “vale transporte” para la población trabajadora activa.
La cuestión institucional y jurisdiccional debe abordarse a través de una fuerte decisión política que permita el trabajo conjunto.

Conclusiones

La tensión entre la visión del transporte como catalizador del desarrollo y como reductor de los costos de la cadena logística puede compararse con la tensión entre equidad y sustentabilidad del sistema.
Puede decirse que son dos aspectos distintos de la misma realidad. Un sistema inequitativo no resulta socialmente sustentable, y un sistema de transporte no sustentable económicamente y/o financieramente, resulta ser muy poco equitativo porque termina por implicar que no sean sus beneficiarios los que pagan los inevitables costos y suele penalizar a sectores que no son los de mayores ingresos.
Es importante entonces mantener el equilibrio entre promover todo lo que resulte posible el repago del sistema por parte de los usuarios directos y, al mismo tiempo, no perder de vista que el transporte es, en muchos casos, un bien público esencial para garantizar la cohesión social, la estabilidad política y la seguridad urbana al posibilitar un acceso más equitativo a oportunidades económicas, sociales, culturales e inclusive a instancias de participación ciudadana, y es siempre un factor decisivo en la construcción de un espacio físico más próspero y habitable.
Seguir esta línea implica proponer la utilización de múltiples instrumentos: la iniciativa privada y los esfuerzos de planificación por parte de un sector público diferente al actual, el cobro de tarifas y peajes y el empleo de tributos específicos y de subsidios a la demanda, el empleo de la carretera y del ferrocarril, del transporte público y privado, sin sostener la existencia de mecanismos automáticos, sino procurando garantizar incentivos bien orientados y una necesariamente correcta administración de las políticas públicas.